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Caminar por la cintura cósmica del sur: La Perspectiva Migrante

Antes que todo, soy mujer migrante de origen venezolano y presido la Coordinadora Nacional de Inmigrantes de Chile. Esta Coordinación, tiene 7 años desde su fundación y uno de los objetivos principales ha sido la defensa de los derechos de las personas inmigrantes, pero también de las personas refugiadas. Este espacio surge como una plataforma que agrupa organizaciones, asambleas, comunidades y activistas también por la migración y el refugio en Chile, cuya meta común es posicionar a la migración en todos los niveles, desde un enfoque de Derechos Humanos, o sea, que se garantice el Derecho Humano a Migrar y antes de ello, que se entienda el hecho de que Migrar es un Derecho Humano. En ese contexto, promovemos la defensa de los derechos básicos y por lo tanto, seamos considerados y consideradas sujetos de derecho, independientemente de nuestra situación migratoria, de nuestro país de origen, de nuestra etnia o cultura. Buscamos la garantía de reconocimiento y respeto para construir sociedades que sean cada vez más interculturales e inclusivas y por vidas libres de discriminación y violencia patriarcal, fascista, racista y xenófoba.

Actualmente tenemos alrededor de 70 organizaciones de distintas características: unas son organizaciones sociales propiamente, otras están constituidas como grupos de apoyo o de autoayuda, otras tienen el carácter de ONG que trabajan con población migrante. La característica en común es que todos estos espacios están organizados, liderados o compuestos por personas inmigrantes. A su vez, tenemos distintas líneas de acción, una de las principales tiene que ver con la incidencia político-jurídica en distintos espacios, no solo los institucionales y esto es bien importante porque ha sido muy dura la lucha que hemos tenido que dar por el reconocimiento de los pueblos que migran y es una lucha que, indudablemente, tenemos que dar desde todos los niveles. De hecho, no podemos aislarnos de ningún nivel o espacio de disputa porque lamentablemente, en esto se pone en juego la vida de las personas migrantes. Esta lucha ha estado marcada lamentablemente por las urgencias y porque evidentemente hay una situación que no cesa, sino que se agrava en torno a la percepción que existe sobre la migración como un problema o verlo desde el enfoque de la seguridad. En ese sentido, parte de lo que hacemos es generar actividades formativas e informativas para la población migrante en materias de derechos sociales, laborales y migratorios. La participación en diversos espacios, el fortalecimiento de espacios comunitarios o territoriales desde organizaciones de comunidades de inmigrantes. También hacemos campañas de denuncia e información, las que han sido muy relevantes para poder visibilizar la situación en la que están las comunidades de inmigrantes en el país, pero también denunciar la vulneración de derechos por parte de las autoridades de materias inmigratorias y por parte de las autoridades de seguridad nacional, que han sido reiterativas y no solamente este año.

Por supuesto hay que decir también, que somos una coordinadora política, en tanto que entendemos que esta es la forma en que incidimos. Yo creo que a pesar de que actuamos en tantos niveles, nunca hemos dejado la calle, eso es algo importante de mencionar dado que, como organizaciones migrantes nos criminalizan aún más por el hecho de estar organizados y por reconocernos como sujetos políticos y políticas.

Insistir en esa incidencia político-jurídica es consecuencia de que aún tenemos que pelear para que las legislaciones incorporen los derechos de las personas migrantes, es por eso que no nos detenemos en participar en distintos espacios, porque entendemos que somos un grupo y que tenemos que presionar al Estado en materia migratoria: en la Comisión Interamericana de DDHH, en el Congreso, y ahora en la Convención Constitucional. Paralelo a eso, la organización de la Coordinadora se caracteriza sobre todo por organizar asambleas territoriales que vienen de procesos formativos, pero también de jornadas de orientación. En ese sentido, además de todas las acciones que tenemos que hacer para presionar al Estado, tenemos que asumir roles que la institucionalidad no asume, por ejemplo, tener que hacer jornadas de orientación migratoria para las comunidades que realmente se encuentran completamente desasistidas. Nuestro trabajo nunca ha dejado de estar vinculado y organizado desde y con las comunidades directamente De hecho, aunque no estamos en todas las regiones del país, estamos en 6 ó 7 regiones de Chile.

Los nudos críticos de la migración en Chile

Existen alrededor de 6 factores o nudos críticos respecto al abordaje de la migración en Chile. El primero de ellos tiene que ver con que hay una negación abierta a incorporar políticas de acogida a migrantes y a personas refugiadas. Cada vez más hay una situación muy compleja en la región y que lleva a las personas a migrar y desde distintos países, no solo desde Venezuela. Y además, en el entendido que la migración es un proceso humano y por ende, no es un fenómeno nuevo. Recientemente se han abierto nuevos flujos migratorios en la región y hasta la fecha el análisis sigue enfocándose solo en las características de la movilidad humana, sin asumir que migrar debería ser considerado un derecho humano básico y más en estos tiempos, cuando hay tantos factores económicos, sociales, políticos, ambientales, etc. que son desconocidos por los estados. De esta manera hemos visto que ha habido un retroceso importante con respecto a las políticas migratorias en distintos países de la región que se evidencia por ejemplo en la implementación de medidas cada vez más seguritarias y represivas como la militarización de las fronteras.

Otro punto es la criminalización: la persecución, los allanamientos en los barrios donde viven migrantes y todas esas campañas comunicacionales que arbitrariamente buscan colocar al sujeto migrante como un enemigo. Hemos visto que esta lógica ha ido creciendo a un grado tal que por ejemplo hemos visto lo que ocurrió recientemente en Iquique. Esta criminalización vincula a las personas migrantes con estigmas asociados a la pobreza, a la delincuencia, terrorismo, narcotráfico o a que cualquier persona inmigrante es una potencial infractora de la ley y es por eso que las fuerzas de seguridad tienen la potestad de perseguirnos sin justificación.

Otro factor crítico en la actualidad tiene que ver con la dinámica en las fronteras, en donde la militarización y la excesiva fortificación de las mismas terminan por otorgarle facultades y atribuciones a las FFAA para ejercer el control migratorio, cuando no tienen nada que ver. Eso ha provocado vulneraciones de toda clase porque no existen los protocolos para las personas que cruzan la frontera para pedir refugio y hemos visto cómo han fallecido 14 personas a la fecha y quienes están muriendo hoy en la frontera son los inmigrantes pobres que son justamente quienes están siendo perseguidos y criminalizados.

En abril de este año se promulgó una Ley de Migración y Extranjería que lo que hace es reforzar un sistema inmigratorio basado en la selectividad y en la seguridad de Estado. Esta ley, que aparentemente es más moderna, lo que hace es sostener este paradigma de la seguridad nacional y promueve la selectividad y la arbitrariedad en los procedimientos migratorios. Nosotros tenemos una posición bastante dura con respecto a la Ley porque pensamos que solo va a generar un daño tremendo a las situaciones que ya están ocurriendo. Por ejemplo, va a funcionar de manera muy similar a cómo es el sistema en EEUU; el tema de la visa Consular que solamente se aprueba las visas dependiendo de los criterios que arbitre la autoridad migratoria de turno. En ese sentido hemos visto que aquellos países en los que se han implementado las visas consulares, son aquellos países que no pueden entrar de manera regular, países como Venezuela, Haití, Cuba y República Dominicana. 

Por último, la guinda del pastel son las expulsiones colectivas. Hemos reiterado su ilegalidad dado que no respetan el debido proceso. Es decir, estas expulsiones son colectivas porque se les hace firmar a todos los que montan en el avión el mismo papel, sin embargo, para poder llegar a esa sanción, cada caso debe analizarse por separado o pasar por un proceso de judicialización. En resumen, tenemos una ley que impide que las personas se regularicen y al mismo tiempo una amenaza de expulsiones colectivas que amedrentan a estas mismas personas. En este sentido hay al menos 30 mil personas que están en condiciones de irregularidad por haber ingresado de manera clandestina, que no se pueden regularizar y que a su vez no pueden ser expulsadas porque es humanamente imposible.

El estigma de la ilegalidad

Nosotros los migrantes, hemos estado expuestos y sometidos a una constante ola de vulneraciones y precarización, comprometiendo no solo la satisfacción de nuestras necesidades básicas, sino además nuestra posibilidad de existir y de vivir en el país sin que nuestra integridad corra riesgos o sea amenazada.

Como organización, hemos evidenciado que las principales violencias que nos afectan son ejercidas de parte del Estado, las que se expresan desde la negación de derechos fundamentales, hasta lapromulgación de estas políticas migratorias que contribuyen a la exclusión de nuestra comunidad. También hemos denunciado que en Chile existe una violencia que es reiterada, sistemática, multidimensional, racista, fascista, xenófoba, patriarcal y colonialista. Una de las consecuencias de las violencias que vivimos es este estigma de la ilegalidad que ya comenté y que ha sido promovido tanto por la institucionalidad del gobierno, como por algunos medios de comunicación. Este estigma es muy peligroso ya que reproduce estos mensajes que son abiertamente racistas y xenófobos, que calan muy hondo en la sociedad y se reproducen con una facilidad impresionante para erigir este paradigma que identifica al sujeto o sujeta inmigrante como responsable de todos los problemas que vive Chile como país. Hoy estamos viendo que además de la vulneración de los derechos, existe hoy una instrumentalización de las personas inmigrantes.

Nuestro habitar se teje desde la condicionante de no poder tener una identidad y de ser excluídos de tener garantías de derechos, etc. Esta discriminación no es exclusiva para aquellos que están en una situación de irregularidad. Cuando vemos que la discriminación aumenta y se normaliza, sentimos que son rechazadas también nuestras propias historias, orígenes, cultura y resistencia. El rechazo afecta multidireccionalmente, de manera que incluye a nuestras propias luchas políticas y aunque somos muches y muy diversos, llevamos sobre la cuesta nuestras propias experiencias de despojo, de violencia, de crisis, o situaciones de inestabilidad y de conflicto que nos han puesto en esta situación migratoria. En razón de ello, una de las luchas que llevamos las organizaciones migrantes es que dejen de concebirnos solamente como números y comiencen a reconocer que somos personas porque hasta ese punto nos han deshumanizado. Es así de básico y profundo; nosotros luchamos también por reafirmar el hecho de que somos personas y que tenemos derechos amparados por legislaciones internacionales que garantizan los derechos humanos sin exclusiones.

Nosotros exigimos de manera permanente el reconocimiento de las distintas comunidades y de los pueblos: hay pueblos originarios que también están migrando entre fronteras internacionales. Parte de lo que luchamos también es por el respeto y las garantías de autorepresentación, el hecho de que tengamos voz propia como comunidades inmigrantes en el país que habitamos, el hecho de que busquemos también la justicia para nuestros pueblos en el caso de aquellos que siguen siendo vulnerados en el país en el que ahora viven y el poder convivir apuntando a construir otro tipo de comunidades y sociedades que sean más interculturales y por supuesto, que reconozcan la plurinacionalidad. Eso es en parte la lucha de los Migrantes, ahora bien, como Coordinadora, lo que hemos planteado es lo siguiente: que se realice una modificación o reforma legal de la Nueva ley de migraciones y que se permita a todas las personas que puedan regularizar su situación sin exclusiones (porque actualmente no se pueden regularizar aquellas personas que ya viven acá). Que exista un acuerdo para que por lo menos pueda haber un diálogo regional que proponga planes de acogida en los distintos países y para las distintas comunidades migrantes de todo tipo de nacionalidades. También que exista un acuerdo para regularizar a los niños y niñas migrantes en condición de irregularidad, que eso es algo súper urgente y por supuesto que en la nueva ley de migraciones y extranjerías, exista la posibilidad de regularizar.

El Movimiento Social Migrante

El movimiento migrante no es homogéneo y tampoco es cierto que toda la inmigración se organiza; a pesar que creo que somos una fuerza política, la verdad es que no todos se sienten representados ni con la coordinadora, ni con la politización de las personas migrantes. Entendemos que las ideologías existen, pero también hay poblaciones que están completamente ideologizadas más hacia este tema adaptativo, como quien dice “bueno, si vas a migrar a este país, tienes que adaptarte a sus leyes”, pero eso lo ocupan básicamente para que los sujetos migrantes no seamos sujetos políticos y nos excluyamos de participar en los procesos de transformación que viven los países, como si no pudiéramos hacer esto o tal cosa porque no nacimos aquí y estos son justamente mensajes que vienen de ciertas hegemonías o grupos dominantes que no quieren ningún tipo de cambio en los países. Un ejemplo de ello son los procesos electorales, momento en el cual siempre vemos campañas que nos integran de manera instrumental para lograr más votos. Lo cierto es que siempre nos han puesto un montón de barreras para nuestra participación política, somos pocas las organizaciones que nos hemos atrevido a saltar ese cerco por la criminalización, pero también es porque tenemos convicciones que van más allá incluso de nuestros propios países de origen y que tienen que ver con alcanzar esa vida digna, independiente del país al cual lleguemos a vivir. 

Por supuesto que al interior del movimiento migrante hay diferentes demandas, pero es que somos seres humanos también y por lo tanto, asumimos distintas luchas, por ejemplo yo como mujer me reivindico también como feminista, pero también como ecologista entonces puede ser que me vean en ambos espacios porque son las luchas que me identifican, pero ahora desde mi condición de inmigrante reconozco también el espacio que ahora ocupo y desde allí reivindico mi existencia como mujer inmigrante.

Ha sido difícil sumar personas a las organizaciones migrantes, principalmente porque la mayoría de ellos se organizan para satisfacer necesidades más urgentes, básicas y concretas ligadas a cuestiones de subsistencia. En su mayoría, los grupos de personas que trabajan con personas migrantes son grupos de ayuda, a veces muy ligados a temas religiosos porque son muchas las iglesias que apoyan a las comunidades migrantes. Pese a ello, los inmigrantes organizados y que reconocemos que somos sujetos y sujetas políticas, hemos entendido que una de las formas para derrumbar ese aislamiento o barreras, es accionar desde lo que somos: desde el cruce de las opresiones que nos atraviesan, por ejemplo, la lucha antirracista, o la lucha feminista, o tantas otras causas. Entendemos que todas estas opresiones se suman y van pesando más sobre nuestros cuerpos y es por eso que levantamos la voz sobre todas ellas.

El Proceso Constituyente

Nosotros fuimos un actor muy activo durante la Revuelta Popular, no quemamos estaciones de metro como dijo el gobierno, pero entendimos las urgencias y las demandas históricas que han tenido los diversos pueblos en Chile y nos sumamos a eso porque parte de la politización que buscamos coincide también con generar procesos de transformación. En ese sentido propusimos distintos espacios durante la revuelta, sobre todo asambleas de cara a pensar justamente cómo las comunidades migrantes podemos participar y aportar en este proceso. Entendemos que hay distintas posturas respecto al Proceso Constituyente, y hemos establecido distintas alianzas para aportar al proceso en todos los espacios. Sin duda también reivindicamos que los migrantes somos parte de esto sobre todo porque somos casi el 10% del país. Algunas acciones concretas fue el crear una red de migrantes por el Apruebo sabiendo que habitualmente se intenta desincentivar la participación de las personas migrantes. Esa red buscaba movilizar el voto migrante porque originalmente no nos iban a dejar votar. Los migrantes con derecho al voto, que incluso pueden votar en las elecciones presidenciales, originalmente no iban a votar en el plebiscito por una interpretación de la palabra ciudadanía en el SERVEL. Esto es otra de las barreras que nos ponen porque no somos considerados ciudadanos o ciudadanas, así de sencillo, afortunadamente dimos vuelta la situación y las personas migrantes sí pudieron votar.

Luego realizamos la campaña Migrantes Constituyentes en la que incluso nos atrevimos a lanzar 2 candidaturas sabiendo que era muy difícil que resultáramos electos. Nuestros candidatos fueron una compañera cubana-chilena, Catalina Bosch y un compañero llamado Manuel Hidalgo que es dirigente sindical y parte de la Coordinadora. Hicimos esa apuesta y formamos parte de la lista de Movimientos Sociales en el D9 y el D10. Eso fue un proceso muy bonito y enriquecedor porque esa campaña visibilizó aún más la Coordinadora y la lucha que tenemos los pueblos migrantes y a las demandas que queremos estén incorporadas en la constitución. Esa campaña a su vez nos llevó a participar de distintas instancias, una de ellas fue Chile Migra con organizaciones migrantes en Chile y de chilenos en el exterior, porque las organizaciones chilenas en el exterior también quedaron excluidas del proceso constituyente. En esta plataforma organizamos un gran Congreso en enero de este año con más de 100 organizaciones asistentes para crear un material sistematizado acerca de las propuestas migrantes de cara al proceso constituyente.

Nosotros somos de la idea de que es necesario avanzar hacia una Asamblea Popular Constituyente y más porque muchos compañeros y compañeras de la Coordinadora ya vivieron procesos similares en sus países. En ese sentido, nos emociona mucho que Chile pueda experimentar un proceso así y aunque no está garantizado, esperamos que este proceso permita movilizar la participación popular y por eso es que seguimos trabajando a pesar de que las barreras continúan imponiéndose, de que no tenemos representaciones migrantes al interior de la convención, ni mucho menos se ha reconocido al pueblo migrante como uno más habitando este territorio. En este último aspecto, estamos hermanados con el pueblo tribal chileno afrodescendiente, quienes también quedaron excluidos de los escaños reservados, y quienes también siguen dando la pelea por su reconocimiento. Sabemos que no podemos quedarnos atrás y por lo tanto, seguiremos haciendo alianzas con diversos espacios y con algunos constituyentes electos, porque sabemos que hay muchos de ellos que saben lo importante que es que se incorporen algunas de nuestras demandas. A la fecha, contamos con un compromiso migrante que hicimos en la plataforma Chile Migra y que fue firmado por más de 155 candidatos y de ellos, alrededor de 45 fueron electos. Ese documento es básicamente un compromiso de las personas migrantes dentro de la Convención Constituyente.

Dentro de las demandas hacia la Constituyente, habría que mencionar que las más importantes son la ciudadanía plena y la interculturalidad, puesto que todavía hay muchas dificultades para la participación de nuestra gente porque no todas las comunidades migrantes se sienten parte de este proceso, así que de pronto pensamos que somos muy pocos los que estamos tratando de incidir aquí y eso también es parte de la tarea que seguimos teniendo como organización.

Texto publicado originalmente en https://ia801407.us.archive.org/13/items/revista-calycanto-9/Revista-Calycanto-9.pdf

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